octubre 16, 2020
Para la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, los efectos del COVID-19 sacudieron las estructuras socioeconómicas a nivel global, y las instituciones de educación superior no fueron una excepción. Las medidas impartidas de “distanciamiento social” crearon una digitalización forzada que, en el caso de las universidades, cuestionó los mecanismos de pedagogía a la teleeducación para garantizar su funcionamiento y sostenibilidad.
El magíster Eduardo Xavier Pico Lozano, presidente de la Comisión Académica de la Facultad Ciencias del Mar, destacó que, como consecuencia de la digitalización forzada, la mayoría de las universidades han tenido que digitalizar el contenido curricular de forma acelerada, complicando la capacidad de planificación y los canales de comunicación.
Sostuvo que algunos estudiantes tienen dificultades para acceder a computadoras o no tienen conectividad a su disposición, lo cual incrementa la tasa de abandono de las aulas.
“El efecto psicológico del confinamiento impacta la capacidad de aprendizaje de los estudiantes, muchos de los cuales viven en ambientes poco favorables para poder adaptarse a los formatos virtuales, considerando las condiciones de su hogar, la disposición de red y el debido acceso a las tecnologías requeridas; también como consecuencia de los protocolos de distanciamiento social impuestos, se ha visto comprometida la capacidad de investigación de las universidades” anunció el magíster Eduardo Pico Lozano.
Manifestó que la adopción de tecnologías digitales ya era un proceso hacia el que muchas universidades se estaban dirigiendo; sin embargo, la forma acelerada en la que se debió adoptar como consecuencia de las medidas de distanciamiento social impuestas por la pandemia genera ventajas, desventajas y riesgos al sector académico. Claro que, si bien se abre un escenario de oportunidades para hacer la inmersión digital de profesores y estudiantes, existe el riesgo de que el proceso fracase por la forma acelerada de adopción, sin suficiente tiempo para formar a los actores implicados o generar una capacidad tecnológica sostenible.
La modalidad y la dinámica del docente virtual son diferentes a la del docente presencial. Hay que desarrollar la legitimidad de los profesores que se inician en el mundo virtual, definiendo instrumentos efectivos para acreditar los saberes, por lo que hay asignaturas que no se van a poder abrir porque requieren proximidad y contacto, como es el caso de algunas prácticas en programas de Ciencias del Mar; igualmente sucede en el caso de los laboratorios, como consecuencia, se ha considerado que estas tareas se activen cuando se pueda retomar el contacto.
Para el estudiantado, las expectativas vitales y laborales también están cambiando y están basadas en la inmediatez de las respuestas y la disponibilidad del contenido pedagógico; por lo que las universidades deben responder y adaptarse a las nuevas necesidades, de lo contrario aparecerán otros agentes que lo harán, poniendo en riesgo al sector universitario.
Dio a conocer que se está diseñando una nueva carrera técnica, la misma que tendrá una duración de 2 años y medio, y será la carrera de “Tecnología en Gestión de la Calidad”, la cual buscará una salida profesional a los bachilleres manabitas, y con ellos se logrará solucionar ese vacío que puede existir en las empresas pesqueras de la provincia y del país.