UNIVERSIDAD LAICA ELOY ALFARO DE MANABÍ

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ESTUDIAR EN LA «D»

marzo 21, 2014

Lic. Gonzalo Pisco Sánchez / Docente Universitario

Javier Pérez, medico titulado en la ULEAM va a Europa, se inserta en la comunidad científica y logra que el Ministerio de Ciencias de España reconozca su experticia como cirujano torácico  y hoy se apresta a organizar en el país la primera Unidad de Trasplante Pulmonar .
Alguna vez profesores de Brasil, potencia odontológica de América,  se sorprendieron por el nivel de  las clínicas de prácticas de la Facultad de Odontología
Aquello llama a la reflexión  en una universidad categorizada como “D” por el CEAACES, lo que sin duda, genera alguna preocupación en jóvenes que deben estudiar bajo esta categoría.
Estudiar en la “D” implica más razones que dudas. Es ingresar  al claustro donde se formaron o impartieron  cátedra loa más prominentes hombres y mujeres que hoy dirigen el desarrollo de la provincia y el país, como Katiuska Miranda, Rodolfo Cano, Fernando Cordero, Gustavo Jalk , Ruth Ceni, Tatiana Hidrovo, Fernando Cedeño entre muchos. Es  estar  hay donde han debatido científicos de la talla de Ángel Díaz Barriga, Carmen Rico, Fruto Vivas o Fátima Sonati.
Estudiar en la universidad D y madre de las editoriales de las universidades ecuatorianas, es prepararse como los comunicadores de la Maestría de Periodismo que mañana  nos reconocen en Bogotá con Mención de Honor a la Calidad por el organismo aliado de la  ONU en el programa impacto académico, como es la Asociación  Iberoamericana de Postgrado.
No es posible impulsar una sociedad si  una universidad competitiva. Sin pertinencia la ULEAM  no hubiese podido formar en las últimas décadas la fuerza intelectual y productiva presente hoy en toda la industria del medio. La carencia de universidades D quizá esté en un enfoque prospectivo y sistémico de una gestión académica que desglose sus logros en indicadores visibles y medibles  y que es lo que hoy persigue la ULEAM con el exigente Plan de excelencia remitido al CEAACES.
Sin duda es la oportunidad para alcanzar el mayor reconocimiento, no ante la región, que sí recibió su mejor impacto, sino ante el momento que vive el país, que a buena hora para las universidades y la juventud, ha puesto el conocimiento como principal recurso del desarrollo; en esencia,  el real sentido de la calidad de la educación superior.